
Fue un 14 de febrero de 1994 cuando el Barça del "dream team" encajó una de las derrotas más sonadas de su ciclo: el 6-3 en La Romareda. Aquel día, el equipo tocó fondo. Después del partido salió dando la cara ante los periodistas un Señor llamado Josep Guardiola. Éste afirmó que el Barça no volvería a perder ningún partido más en lo que restaba de Liga, que él creía en aquel equipo y que ese equipo iba a ganar la competición liguera. Una afirmación valiente y arriesgada que fue cumplida por aquel equipo humano.
Nos situamos en marzo de 2008, después de la derrota ante el Betis por 3 a 2, en uno de los mayores ridículos de la era Rijkaard. Si hay algo que el aficionado culé encuentra a faltar es la actitud ganadora de los jugadores y el liderazgo de alguno de sus miembros. Si comparamos con el pasado, deberíamos encontrar ese liderazgo entre los jugadores de casa. Xavi, Puyol o Iniesta deberían poder tirar del equipo y potenciar una reacción. ¿Qué pasa con ellos?
Xavi: siendo un jugador técnicamente muy superior a Guardiola carece del carácter que tenía el de Santpedor.
Puyol: siendo una garantía y un líder en el campo no dispone de la credibilidad y la fuerza suficiente para despertar al vestuario.
Iniesta: todo lo que tiene de bueno futbolísticamente lo tiene de malo en líder.
Necesitamos un Pep entre nuestras filas. Nostalgia y rabia es lo único que uno puede sentir...