
Llevo un tiempo analizando las conductas de los consultores en sus vidas diarias. Formando parte del gremio, también he podido estudiar la evolución de mi propio comportamiento. Y con todo, y gracias también a algunas apreciaciones de colegas como E. Vinyes, me atrevo a identificar 5 claros síntomas de aquel consultor que ha adaptado las formas de trabajar y de pensar a su realidad cotidiana. Veamos...
1. Cuando tu madre te habla, le haces sintetizar, ir al grano, abordar el asunto sin rodeos ni grandes descripciones. Comprendes el mensaje, identificas el problema y propones la solución. A partir de ahí a la pobre la asustas y cada vez que se dirige a ti, intenta (no siempre con éxito) buscar la síntesis que tú le reclamas. Qué malos somos...
2. Crees que la mayoría de tus amigos piensan de forma más lenta que tú, que les cuesta estructurar y ordenar. Ves que no tienen la misma lógica "lista del to-do" que tú tienes.
3. Todo lo que está en tu mente aparece claramente numerado y priorizado. Tu cabeza funciona en base a una plantilla de Power Point en la que has de saber plasmar y enfocar en una "slide" cualquier situación con la que te encuentras. 1) Hacer la cena, 2) Cenar, 3) Recoger la mesa, 4) Poner el lavavajillas, 5) Ver la tele, 6) Ir a dormir. Inconscientemente aplicas ese código de orden a todo lo que te pasa. Y es que sin una buena sistematización de prácticas la cosa puede ir mal.
4. Criticas la mayoría de los servicios que te prestan y los comparas con la excelencia de tu servicio, tu buena atención al cliente, tu cumplimiento de los plazos, tu profesionalidad.
5. Tu forma de hablar incorpora palabras que nunca habrías pensado utilizar; el "know-how", el "expertise", el "kick off", el "review", el "recruiting" y el "checklist" forman parte de tu vocabulario diario.
Y así, sin darte cuenta, ya eres un consultor asimilado, uno más de la manada, que intenta introducir el orden en su caos más cercano.
5 comentaris:
Al, lo peor no lo has vivido, que es cuando empiezas a hablar en sueños sobre temas de trabajo...
Espero que no llegues a experimentar eso....
bueno, betao, tu ya eras bien estructuradito antes de empezar a trabajar, o no?????
Amigo ex-auditor (es decir, Jordi), he podido experimentar esa lamentable sensación pero intento controlarme para que no me pase muy a menudo...
Amiga Clau, sí, era estructuradito, pero ahora, aún lo soy más...
Yo soy la excepción que confirma la regla... papeles por todos laos, post it desordenados y ordenador lleno de mierda!
Jeje, molt bo! i pobres mares, ja tens raó ja!
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