divendres, 1 de juny del 2007

Concurso de micro-relatos (v4)

Bon dia. Vaya semanita... Pasaron las elecciones, se empiezan a formar los gobiernos locales, Roland Garros ya va por su sexto día, el mundo laboral te muestra su lado atroz, pero hay algo que sigue y que esta semana ha batido récord de comentarios: ¡el concurso de micro-relatos de Blogbars!

He llegado a tener la impresión que esto del concurso se me había escapado de las manos. Han habido increpaciones hacia mi persona (el nuevo rey de Suazilandia), piques entre concursantes (Palante y Jaime con sus acusaciones de plagio), muestras de apoyo, etc. De todo y más. Pero sobretodo, de lo que ha habido es calidad literaria. Gran nivel de relatos esta semana: grandes ideas, grandes personajes, grandes redacciones.

Bien, a por el veredicto que queda mucho trabajo.

1. Tanante ("L'àpat")
Ha regresado esta semana creando una atmósfera tétrica al estilo "Seven", con un presunto psicópata-caníbal que apura los huesos de su víctima. El texto, a partir de sus detalles (olor, espacio, objetos), consigue que el lector visualice esa habitación y se interese por la acción del protagonista.

2. Judith ("Guerra")
Nos vuelve a deleitar con su estilo esta vez en un contexto bélico en el que el personaje principal hace patente una necesidad básica: el hambre. La autora se mete en la cabeza del soldado y de ella saca preguntas sobre el significado de la guerra, anhelos personales y juegos mentales que apaciguan el desespero.

3. Anònim (falta título)
La sorpresa de esta semana. La única obra narrada en primera persona que recurre al elemento del absurdo mediante la utilización del mundo ornitológico. El apetito por las golondrinas no deja de ser un disparate gracioso y atrevido que convierte este texto en un precedente imaginario para futuros relatos. Lo mejor, sin duda, ese tupper de gorrión en la nevera preparado con sarcasmo maternal.

4. Ascilto ("Eternos y hambrientos")
Una de las mejores ideas. Tirar de leyenda terrorífica e imaginar a dos vampiros en busca de cuellos estirados. Un reto bien escrito, que combina pasado y presente, con referencias a la cotidianidad y a las inquietudes de estos dos entrañables draculines. Se atreve con los diálogos y obtiene nota alta.

5. Gisela ("Incompresa")
Introduce un tema candente como la anorexia, focalizada en una persona enferma y al mismo tiempo incomprendida. Trata de inmiscuirse en la psicología de una paciente que no es consciente de su problema, que teme volver a ser internada y que ve en la figura de su padre a un enemigo de su causa.

6. Jaime ("Selam")
Nos transporta a un campo de refugiados del Tercer Mundo con una historia emotiva. El pequeño gran gesto de Selam es capaz de devolver la vida, de hacer desaparecer el hambre y de incorporar grandes dosis de humanidad en una realidad mísera. El texto transmite y está muy bien escrito.

7. Afamat ("Suerte")
Una nevera llena es un buen ejemplo para describir la abundancia de Occidente. Es un instrumento que sirve para reflexionar y para apreciar la fortuna del que puede elegir qué comer en contraste con los que mueren por desnutrición. El bebé que llora y tiene hambre ha nacido en un lugar en el que no le faltará la comida. Buena contraposición y buen uso del lenguaje.

8. Palante (falta título)
Inspirado en su frase inicial (como él mismo dijo) en la película "Te doy mis ojos" de Icíar Bollaín, éste es un texto de melancolía, del que no puede vivir sin el amor de la amada/o, del que vive un sinvivir. Una historia de amor desde la perspectiva del trovador hambriento.

9. Dani (falta título)
Un aeropuerto, un crack mediático y un asesino. Esos son el espacio y los personajes que componen una historia importable a nuestra ciudad, bajo la presión de los media y la llegada de un nuevo jugador brasileño dispuesto a saciar el hambre de ilusión de una afición. Suerte que con Ronnie no pasó lo mismo...

Como podréis haber apreciado, las valoraciones de esta semana son todas positivas. Para que luego me digan... Con todo, me es muy difícil decidir. Estaba entre Ascilto y Anònim (a partir de hoy "El Golondrinas") pero finalmente el campeón es Ascilto por sus "eternos y hambrientos" vampiros. La mejor idea, con el desafío de los diálogos y la originalidad de los comentarios, me han decantado hacia su texto.

Así es el juego, mujeres y caballeros. Frase para la semana que viene: "Coleccionaba adicciones..."/"Col·leccionava addiccions..."

Gracias por participar y...¡buen fin de semana a todos! La frase de la semana de Blogbars es en homenaje a todos los que escribís...

9 comentaris:

Anònim ha dit...

Felicito al autor del blog por la elección del ganador y del segundo puesto. Creo que por primera vez ha acertado de pleno.

Eso sí... la valoraciones demasiado buenas... queremos que vuelva Risto Mejide, sino el blog va a tener menos visitas que la página del vaticano.

Anònim ha dit...

Risto y Noemí Galera volverán la semana que viene. Esta semana estaban de baja...

Anònim ha dit...

Oi, achei teu blog pelo google tá bem interessante gostei desse post. Quando der dá uma passada pelo meu blog, é sobre camisetas personalizadas, mostra passo a passo como criar uma camiseta personalizada bem maneira. Até mais.

Ascilto ha dit...

Reconozco que me sorprende haber ganado, yo apostaba por las golondrinas. En todo caso me alegro mucho por obtener tan alta consideración en tan prestigioso concurso. Por otro lado me da bastante yuyu porque veo muy difícil, con estos contrincantes, repetir la misma posición en las futuras (y espero que muchas) ediciones del concurso.

Salud!

Anònim ha dit...

Apreciado Ascilto,

Me he metido en tu blog y la verdad es que me han gustado bastante tu relato de "L. pasando calor" y el artículo que describe a los "gafapastas".

Una pregunta: ¿cómo llegaste a Blogbars?

Esperamos tu relato para esta semana...

Anònim ha dit...

Título: Pegamento

Coleccionaba adicciones hasta que descubrí el pegamento. Se desenrosca el tapón, se oprime con la punta exterior del mismo el recubrimiento metálico de la boquilla y se aprieta el tubo. El pegamento se va poniendo en una bolsa, mejor de plástico que de cartón, y se respira tal y como indican las azafatas de los aviones. Sencillo, barato, mejor que el vodka. Tapo la bolsa que uso para esnifar con el abrigo para que no sea tan evidente. Sobretodo para que la policía no venga a barrerme de la escalera. Esos maniacos no median palabra, simplemente sacan la porra y te golpean hasta cansarse.

Anònim ha dit...

Coleccionaba pasiones hasta que descubrí la porra. Se destapa la funda del cinturon, se oprime con fuerza la empuñadura y se sostiene con apego. La porra se oculta debajo de la chaqueta, para que no sea tan evidente, y se aproxima lentamente a su objetivo, tal y como sugieren los auxiliares del tricornio. Sobretodo que no pille a uno de esos del pegamento; te provocan primero y se quedan ahí hasta cansarte.

Anònim ha dit...

Camino de casa

y lo sabía. Era el problema de haber estudiado psicología, era capaz de analizar cada una de sus sensaciones e instintos. El saberlo no hacía que reprimiese sus impulsos. Sin darse cuenta advirtió que su mano estaba sobre su vulva esquivando su pequeño tanga. Su dedo índice recorría en círculos el contorno de su clítoris. Sentía sus flujos agitarse en su interior. El placer le hacía estremecerse. Introdujo dos de sus dedos en su vagina. Mientras los movía rápidamente se percató de que se había pasado su parada. Ya ni el autobús le hacía sentir pudor. Tal vez necesitase ayuda, o tal vez no…

Anònim ha dit...

Solo suya.

Coleccionaba adicciones, adicciones que consideraba suyas… suyas y de nadie más. Una de sus adicciones favoritas era observar. En esos días solo pensaba en dos mujeres.

La chica del pegamento, desesperada, al límite de la subsistencia… siempre tirada en la portería, con ojos llenos de miedo y desconfianza. Le daba pena, quería protegerla, pero ella metía la cabeza en la bolsa, y parecía evadirse, tanto que no llegaba ni a ver a ese abuelo que, tras pasar a su lado, la observaba por la mirilla de la puerta del pequeño piso del portero. Una portería en la que no entraba casi nadie, una portería que era suya, suya y de nadie más.

La joven del autobús, la de la última fila de asientos, siempre excitada, tan absorta en sus prácticas onanistas, que no se daba cuenta de que ese abuelo con uniforme de portero llevaba ya varios días ocultando su vagina de los ojos del resto de pasajeros gracias a un periódico desplegado y una posición estudiada del cuerpo, que le permitía hacer suya esa visión… suya y de nadie más.

Tenía que ayudarlas, tenía que protegerlas, tenía que hacerlas suyas… suyas y de nadie más.